Incluso Kant las éticas habían sido materiales, frente a todas ellas, su ética es formal. Son materiales aquellas éticas según las cuales la ternura o perversidad de la conducta depende de algo que se considera Bien Supremo (sea espiritual o material): los actos serán buenos cuando nos acerquen a él y malos cuando nos alejen de él. Toda ética material parte de que hay bienes, cosas buenas para el hombre, determina cuál es su bien o fin principal y constituye las reglas o preceptos para alcanzarlo. Pero los preceptos de toda ética material son hipotéticos, empíricos, por lo que no valen absolutamente, sino sólo de un modo condicional, como medios para conseguir un fin. Kant creerá que los estrictos inseguros no manifiestan la pura experiencia moral porque ésta es sometimiento a un precepto universal y necesario, y dichos imperativos no pueden ser enciclopédicos y precisos, ni los de la experiencia ni los de la sabiduría. Dado que las éticas materiales extraen su contenido de la experiencia empírica y que ésta nunca puede dar universalidad ni necesidad, dichas éticas únicamente podrían fundamentar mandatos a posteriori, particulares y contingentes, pero nunca imperativos universales y necesarios, que son los verdaderos preceptos morales, como expresa el factum de la moralidad. Además, las éticas materiales son heterónomas: un sujeto es autónomo cuando tiene la capacidad para darse a sí mismo sus propias leyes y es heterónomo cuando las leyes no descansan en él mismo, cuando le vienen de fuera; las éticas materiales son heterónomas porque describen una acción como buena sólo de forma condicional, describen una acción como buena porque es un buen medio para la realización de un fin querido por el sujeto. En las acciones heterónomas el sujeto se tiene que someter a la realidad, es ésta la que impone sus condiciones; el sujeto tiene que plegarse al orden del mundo, Las éticas materiales se caracterizan por los dos rasgos siguientes
Presentan un objeto, propiedad o estado de cosas como un Bien Supremo (el pla¬cer, el dinero, el poder, la felicidad, la contemplación de Dios....); Declaran como buenas aquellas conductas o acciones que permiten la realización del Bien Supremo y como malas aquellas conductas o acciones que nos alejan del Bien Supremo.
Estas éticas sólo pueden describir los mandatos como preceptos necesarios para la realización de algo considerado como bueno. El carácter de bien que tiene lo considerado Bien Supremo le viene dado por su dependencia con nuestra facultad de desear, y por tanto por el egoísmo.
No hay que confundir ética material con ética materialista; la ética materialista es aquella que identifica el Bien Supremo con un bien material (el dinero, los placeres sensibles, por ejemplo); lo contrario de una ética material es una ética formal, lo contrario de una ética materialista es una ética espiritualista. La ética espiritualista identifica el Bien Supremo con un bien espiritual (Dios, por ejemplo). La ética de Santo Tomás es ética espiritual pero también material; la ética epicúrea, al poner el Bien Supremo en el placer corporal (en su lectura más popular, aunque no la más correcta), es una ética material y materialista.
Las tres críticas fundamentales que hace Kant a las éticas materiales son:
- Las éticas materiales son empíricas;
- Sus preceptos son hipotéticos o condicionales, y
- Son heterónomas.
NIETZSCHE
ResponderEliminarLA POLILLA DE LA MORAL
En este trabajo trataremos de plantear que relación guarda la creación y la crueldad.y para esto estudiaremos la ética que se basa en el conocimiento de la sabiduría trágico-dionisíaca como perfección de la naturaleza humana. Así pues,comencemos diciendo que tanto la creación como la crueldad, buscan ladestrucción de todo cuerpo constituido. Analizar que la experiencia de la crueldad tiene algo de originario y simultáneamente revela el carácter insoportable, inubicable del origen. Así pues, para que sea posible identificar la crueldad con la vida, se debe pensar que la crueldad debió existir antes que el hombre y encontrar su principio, como lo comenta Nietzsche cuando se refiere a que la crueldad debe ser una necesidad cósmica. La expresión superior de la crueldad, está incorporada en el pensamiento de Nietzsche; es decir, en él hay una valorización del acto creador, privilegio del amo, del fundador de valores nuevos. De igual manera, Nietzsche integra la obra en función de una economía del exceso; en otras palabras, en la perspectiva de la economía general, regida por la crueldad del Cratos, y con la que Dionisio crucificado se identifica al punto de asumir el gran discurso cósmico y mentar yo soy la crueldad, yo soy la astucia, Entonces, la adquisición valiente y jubilosa de esa contradicción es para Nietzsche la señal del creador.
Por otra parte, podemos decir que la crueldad está marcada por la culpabilidad, y la causa de aquello en esa interiorización del movimiento que corresponde a una inversión de los instintos animales. Para ser más precisos, se trata de un fenómeno histórico: a favor de la domesticación y de la sedentarización de la humanidad; todos los instintos primarios del animal, el hombre que no se desahogan hacia fuera se han vuelto hacia dentro, volviéndose contra el hombre mismo.Yademás en particular la crueldad vuelta sobre sí misma, ha dado entonces, origen a lo mala conciencia.Se diría entonces que la función del hombre es hacerse el intérprete del sentido de la crueldad. Lo que supone, por lo tanto una responsabilidad con respecto al otro y su imperativo, como el sitio de lo real y su lugar. En conjunto, la cuestión de la crueldad,va mas allá delo psicológico, de lo patológico, de la moral, sólo tiene relación con la categoría de la ética del creador e inversamente; por lo demás, la cuestión ética nos introduce en la dimensión de crueldad. De modo que, solamente a partir de ese punto supremo es posible esclarecer la idea Nietzscheana de la obra, la idea del sobre hombre y la gran política, en cuanto que tal punto nombra el origen dionisiaco de la creación. En suma, en el ámbito de esa economía, por tanto, el hombre y las cosas se manejan del mismo modo. Se propone así la cuestión de la ética del creador, del sentido y el objeto de su crueldad. Esta ética no consiste en normas de conducta adecuada, sino que es una forma consiente de la vida a la cual deben ajustarse quienes quieran ser creadores. En efecto, la nueva ética del creador está concebida para seres humanos singulares capaces de mostrarse dignos del descubrimiento que Dios ha muerto.